Mmmm! No hay nada más delicioso que apoyar los pies, y caminar con una gran piedra entre el zapato! Y mejor cuando corres !!! verdad ???… – claro que no, para nada –
Una pequeñita ya es de los más incómodo, … para caminar lejos hay que hacerlo de forma confortable, seguramente no escalarías con zapatos de tacón, … “las piedras del zapato son fáciles de quitar” … en los caminos de la vida, también tenemos piedras, de todos los tamaños, unas ni las notamos, otras se nos atraviesan, a algunas hay que bordearlas, a otras nos toca quitarlas, y más de alguna nos caerá como meteorito, desconcertándonos del todo!
Así como no llevamos los zapatos de otros, llevamos nuestro camino con sus propias piedras… claro que si quitamos las de nuestro calzado, por qué no vamos a luchar por las nuestras vidas que están en nuestro camino? -ojo- en ningún momento he dicho que sea fácil, pueden ser por ejemplo deudas, un familiar enfermo, alguna persona de las que llamo toxicas (que nos hacen la vida de cuadritos) a todos nos tocan diferentes cargas y circunstancias; y «no es nada más de quitar o cerrar los ojos» ; – pero si podemos aligerar las piedras, seguro hay algunas de más (de esas extra que sólo están haciendo bulto), y las que nos quedan, porque están! tendremos que asumirlas, con una actitud más positiva y buscando soluciones positivas (por allí nos inventamos alguna creativa) – a veces digo: “ si no me puedo brincar la tranca (en este caso piedra) me la bordeo”
De pronto pienso, piedras grandes, como las un cuidador de alzheimer y le veo con el corazón lleno de ternura, con entrega y además esta gran persona no esta sola, hay grupos de apoyo; es un ser tan rico en vida, que ya él mismo podrá ayudar a nuevos cuidadores, a caminar sin darse de frente con tantas piedras! en base a su experiencia.
¡Vive sin agobiarte innecesariamente, enriquece tu vida y la de los demás !
Autor: María Asturias
Fotografía: María Asturias