Es un antiguo candando y una hermosa cerradura como tal, la que capturo mi cámara.
En algunas ocasiones, nuestros corazones, se ven lastimándoos, puede ser que sea con intensión y muchas veces sin ella, estoy segura que aún sin quererlo, más de alguna vez nosotros también hemos hecho sufrir.
En determinadas circunstancias, a veces decidimos, para evitar más daños, guardar nuestros sentimientos, “bajo siete candados”, es como no querer exponerlos más. De hacerlo así, nos perdemos, lo tan bueno, pero –pienso- también lo bueno y lo bello.
Cuando levantamos “muros” por llamarlo de alguna manera, nos alejamos sí; y esta bien quizás: de lo que nos puede ser tóxico; más recordemos, que como se ve al trasfondo de la cerradura, que hay más, … hay bosques, hay flores, …hay personas que nos estiman y más que ello que necesitan de nosotros.
Cierro, con otra reflexión, quizás a lo mejor, nos tomarnos “a titulo personal”, cosas que no van, y sólo nos hacen sufrir, sino les damos el enfoque correcto.
Ahhh,… se me olvidaba, algo que también pasa, si le damos muchas vueltas, a alguna circunstancia o sentimiento, se hace el “efecto de bola de nieve” a lo mejor es más fácil: ¿preguntar, hablar, aclararlo?
Autor: María Asturias
Fotografía: María Asturias