Enamorarse de la vida, es un tema que llega a mi vida en un momento digamos de alegría, serenidad y reflexión. Siempre he pensado que esos primeros momentos en que tienes las mariposas en el estomago y en todas las venas es mágico
Más a veces por una o mil cosas se nos llena la vida de lagrimas, algunas depende como las manejemos, otras escapan a nuestras manos
Este «enamorarse de la vida» aunque lo demos por sentado, como la vida misma, debemos pensarlo de verdad, de una forma siempre positiva…
Estamos preparadísimos siempre que un bebé, llegará a nuestro entorno (hijo de amigo, nietos, sobrinos, los propios hijos…)
Más aunque lo sepamos de cajón, que nuestra vida es finita…. evadimos un poco esta realidad (aunque tomamos un poco más de conciencia, con el COVID y las guerras )
Y este «Enamorarse de la vida» lo demás por sentando, como el aire en nuestros pulmones
«Cada día trae su afán» dice el refrán popular
Traiga lo que traiga, siempre habrá…un farol en la calle, una flor más allá, o quizás el aroma del pan recién hecho… tantas cosas de la que enamorarnos…
Edith me envió recientemente una frase que dice:
“Una AMISTAD no crece por la presencia de las personas… Sino por la magia de saber que aunque no las ves las llevas en el CORAZÓN.”
De igual manera, estar en Enamorarse de la vida, nace en nuestro corazón y nuestra alma
Enamorarse de la vida es un acto de valentía y consciencia
A veces, sin darnos cuenta, la rutina nos lleva a perder la magia en las pequeñas cosas que nos rodean. Pero, si logramos detenernos, aunque sea un instante, y mirar a nuestro alrededor con los sentidos bien despiertos, descubrimos un mundo lleno de belleza en cada rincón.
Los sentidos son nuestros aliados perfectos para mantener vivas esas «mariposas» de sentimientos. El olfato que nos trae el aroma de la lluvia o de una flor recién abierta, el tacto al acariciar una superficie suave, la vista que se maravilla ante los colores del atardecer…
Cada uno de estos momentos tiene el poder de recordarnos lo hermoso que es enamorarse de la vida una y otra vez, incluso en los días nublados.
Es cierto que la vida no siempre es un camino de rosas.
Las lágrimas caen, a veces sin previo aviso, pero también es cierto que de ellas nacen aprendizajes que nos ayudan a valorar aún más los momentos de alegría.
Enamorarse de la vida no significa vivir sin obstáculos, sino aprender a abrazar la luz y la sombra con la misma gratitud.
Recordemos que no necesitamos esperar a una ocasión especial para enamorarnos de la vida. (Ojala lo lográramos hacer un hábito, hasta inconsciente como tragar saliva, o respirar)
En cada amanecer, en cada abrazo, en cada canción que de esas que nos gustan, en cada sonrisa sincera, tenemos la oportunidad de sentir la chispa de la vida.
La magia está en cada detalle, solo tenemos que aprender a verlo con el corazón abierto.
Hoy, al igual que ayer, la vida nos invita a enamorarnos de sus sorpresas, de sus ciclos, de su constante renovación. (Como una de mis palabras favoritas «metamorfosis»)
Y aunque la incertidumbre a veces toque nuestras puertas, podemos confiar en que siempre habrá algo que nos llame a volver a empezar, a renovarnos.
Como el aroma del pan recién hecho, (que te mencione antes) la vida tiene el poder de hacernos saborear cada instante con dulzura.
Enamorarse de la vida, como si fuera un romance que se desarrolla con la vida misma
Enamorarse de la vida es como ese primer flechazo, ese instante en el que todo se detiene y el mundo cobra una nueva luz.
Es un cortejo constante, un juego de descubrimientos donde cada día te sorprende con algo nuevo, algo que te hace sonreír sin razón, solo porque lo sientes.
La vida te invita a enamorarte de ella como lo harías con una persona en un amor (del que te estruja el corazón)
En este conquistar, no necesitamos prisas, ni expectativas.
Solo un corazón abierto a lo inesperado, a las pequeñas maravillas que se ocultan en el día a día por todos lados. Esa mariposa en el estómago puede regresar a cada paso si sabemos mirar, escuchar, saborear cada rincón de la existencia con la atención plena de quien se siente capturado en el corazón, por un sentimiento nuevo.
El tacto de la brisa en tu piel en una tarde soleada, el sonido de las hojas crujir bajo tus pies, el aroma de un café por la mañana… cada sentido tiene su papel en este enamoramiento continuo que es vivir.
Al igual que en una relación, que te descubre lentamente, la vida nos regala esas pequeñas dosis de felicidad que nos invitan a quedarnos en el presente, a ser conscientes de lo que realmente importa: estar vivos, completos y atentos a las maravillas que nos rodean.
A veces, la rutina y los desafíos nos hacen olvidar el verdadero regalo de estar aquí.
Pero cuando nos permitimos cortejar la vida con todos los sentidos, todo cambia.
Cada momento se convierte en un susurro que nos dice: “Mírame, disfrútame, hazme tuya.”
Y es en esos momentos cuando realmente nos enamoramos, sin reservas, de la magia que se encuentra en las pequeñas cosas, de la vida, en cada micro-instante
Enamorarse de la vida es ser como un amor fiel, que regresa siempre, no importa las veces que haya llovido, porque sabe que el sol siempre regresa.
Es saborear una puesta de sol como si fuera un beso robado, cerrar los ojos y escuchar cómo el viento susurra secretos al oído, saborear la dulzura de una sonrisa que te reconforta como un abrazo.
Es recordar, al igual que nos lo recuerda esa frase que Edith me compartió, que la magia no está en la presencia, sino en saber que la vida, aunque a veces invisible, siempre está en nuestro corazón, esperando ser disfrutada en cada paso, en cada respiro, en cada mirada.
Te invito a enamorarte de la vida con todos tus sentidos. Dejarte cortejar por el presente, siente cómo la dulzura de cada instante te envuelve y te recuerda que la vida, en toda su belleza, está aquí para ser amada, hoy y siempre.
Así que, al cerrar esta anotación, te invito a cerrar los ojos por un momento y recordar esos momentos que te hicieron sonreír sin razón.
Esos momentos de amor a la vida que, aunque a veces parecen pequeños, son en realidad los grandes tesoros que guardamos en el alma. «Intentemos manteneros enamorados de la vida» con tus su perfumes, como cuando enamoramos o nos enamorar que cada detalle suma…
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